miércoles, 18 de diciembre de 2013

Un médico novato (Sinsentido)

Tengo un par de problemas con este tebeo.
    
Un médico novato (Premio Fnac-Sinsentido, 2013) es un relato de grafismo delicado, ambientado en la guerra civil española, en el que apenas salen malos, sólo gente buena que se ve arrastrada de un lado a otro por motivos absurdos como conocer a alguien, pertenecer a un sindicato, militar en un partido, tener un familiar, que un colega sienta celos de ti. Los malos son gente que sale poco, son sobre todo los que dan órdenes en alguna parte para que se arreste, se encierre, se fusile... Sólo vemos las consecuencias de esas órdenes. Pero esto no es un problema.

El grafismo de Sento, clásico y sencillo, personal e inconfundible, le sienta como un guante a la historia real de Pablo Uriel (suegro del autor), joven médico que es llamado a filas apenas empieza a ejercer su profesión, y que es encarcelado no sabe por qué a la espera de ser fusilado. Es como el resto de la gente de la calle que se vio metida en aquella guerra absurda, donde unos hijos de puta impusieron de forma grotesca y cruel su visión del mundo, enfrentando a amigos y hermanos, a gente que podían llegar a ser amigos o hermanos independientemente de sus creencias e ideologías. Y Sento dibuja esta guerra como si en vez de ser un heredero de la clara y amable Escuela Valenciana de tebeos lo fuera de aquella Escuela Bruguera que tan bien retrató la miseria y la resignación de la postguerra española. Y esto, lógicamente, tampoco es un problema.

Uno de los problemas que sí tengo con este tebeo es que sea tan fiel y respetuoso con el material de base y que, por tanto, los personajes de Un médico novato no puedan hablar como los del resto de la obra de Sento, teniendo que hacerlo con el tono distante y reflexivo de Pablo Uriel. Comprendo que sea así, es inevitable, pero me encantaba aquel estilo literario tan especial y único que tenía (que supongo que aún tiene), capaz de contar historias románticas con elegancia y frescura, que mezclaban de forma desconcertante la ironía y la sinceridad, esos diálogos y textos de apoyo que me recordaban a Mihura.

Finalmente, tengo el problema de que la obra me sabe a poco, que parece cortarse justo cuando coge carrerilla, cuando más la estoy disfrutando. El único fallo de la cuidada edición de Sinsentido consiste en que no avisa que habrá dos libros más, que la peripecia de Pablo Uriel sólo acaba de empezar, que si aquí ha sido prisionero de los “nacionales”, luego lo será de los rojos por motivos igualmente absurdos, antes de volver a casa para el final de la guerra... La conclusión provisional de la historia hace pensar que el conjunto de la obra dará nueva entidad y empaque a esta tercio, y que será un auténtico placer releerlo con los otros dos. 

Apenas puedo esperar.

3 comentarios:

  1. Al tebeo aún no le he metido mano, pero el libro en el que se basa ("No se fusila en domingo", de Pablo Uriel) es más que recomendable.

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    1. La idea de Sento es ir más allá del libro, y contar el resto de la historia basándose en lo qu ele contaba el autor, y en los papeles y cartas que quedaron en la familia.

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  2. Ya he publicado tu dirección de blog en el FB para los colegas y el publico en general. Un fuerte abrazo y a disfrutar a gusto. Animo maestro

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