viernes, 5 de septiembre de 2014

Godzilla (2014)

Ver el Godzilla de Gareth Edwards es un poco como contemplar las 36 vistas del monte Fuji que realizó Hokusai: estampas de profundo carácter poético donde el hombre interactúa con los dioses de la naturaleza (siempre en presencia del Fujiyama, fuente del secreto de la inmortalidad), integrándose más o menos en ella, pero siempre de forma precaria y fugaz, sobrepasado, cuando no directamente ausente. 

Ante un guión comercial y completamente carente de interés, el director Gareth Edwards opta por la poesía visual que tan buenos resultados le había dado en su opera prima Monstruos, y apuesta por una contemplación de lo gargantuesco y lo ajeno desde el punto de vista de los asustados humanos. Una sucesión de estampas desconcertantemente pausadas e impresionistas que se te quedan en la mente: los monstruos enfrentados en la lejanía a través de una puerta que se cierra, Godzilla nadando rodeado de portaaviones más pequeños que las aletas de su lomo, la inundación vista a través de un escaparate, la bomba que explota casi fuera de plano y en silencio...

Un puñado de vistas de Godzilla hiladas por una historia curiosamente respetuosa con las películas iniciales y que suplen con estética la ausencia de emoción y tensión. Un blockbuster contemplativo.

(Las estampas del monte Fuji tuvieron tanto éxito que Hokusai añadiría diez más, dando un total de 46. Posteriormente, en los últimos años de su vida reincidiría en el tema y haría una secuencia de cien vistas.)

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Sunshine on Leith (2013)

El musical es un género teatral donde una trama sencilla da pie a números musicales más o menos relacionados con dicha trama. Los conflictos se exponen y se resuelven de forma directa, sin complicaciones, en una estilización de la realidad que no suele ser apreciada por todo el mundo. Lo cual no quita para que haya compositores o libretistas como Stephen Sondheim, o Lerner & Loewe, que abunden en sutilezas y complejidades inusitadas en el género. Yo me aficioné a él con Cantando bajo la lluvia, una de las películas más perfectas que se han hecho nunca. 

Por tanto, no es de extrañar que en momentos de tristeza y nostalgia recurra a ver Amanece en Edimburgo (Sunshine on Leith), un musical como es debido, lleno de optimismo y alegría. Mi hermano, en cambio, opta por Los mercenarios 3, que le ha parecido la mejor de las tres, además de asegurarme que la copia pirateada que ha encontrado en la red tiene tanta calidad que al estudio le va a oler a cuerno quemado (Y así ha sucedido después de que escribiera estas líneas, hace ya un tiempo).

La película es un producto extraño, profundamente respetuoso con el planteamiento y estructura del musical tradicional (al fin y al cabo proviene de una obra teatral montada alrededor de las canciones de The Proclaimers), pero rodada de forma naturalista, casi documental, en escenarios reales e integrando los números musicales de manera “orgánica” en una trama dramática tan sencilla como es de esperar en una obra del género, hasta el punto que el número final está resuelto de forma ingeniosa como si fuera un flash-mob (incluyendo un plano cenital a lo Busby Berkeley). Sólo el número musical en el museo resulta chocante y/o forzado, demasiado teatrero para el tono general de la película. Aunque todos los intérpretes están muy bien, destaca por debilidad personal la estupenda Jane Horrocks, y sorprende ver a Peter Mullan cantando sin hacerlo estrepitosamente mal pese a no ser lo suyo.

Por cierto, el director es el actor Dexter Fletcher conocido y apreciada en esta casa desde sus inicios como actor en la impresionante Pandilla Plumilla (Press Gang), serie sobre un periódico escolar en los noventa, escrita por Steven Moffat, de la que ya hablaré en otra ocasión. Parece ser que tiene una película anterior de género negro y que fue muy bien recibida. Buscarémosla. 

(“La vida es aquello que te pasa mientras haces planes”, creo que dijo John Lenon. Y está aquello de “si quieres hacer a reír a Dios, cuéntale tus planes”, que no sé quién lo dijo, quizá Homero. Pues, eso, ténganlo en cuenta y veamos cuándo vuelvo por aquí.

Por otro lado, para ver algunas escenas de esta película (todas musicales), pásense por aquí.)