jueves, 12 de diciembre de 2013

The Blacklist (NBC)

 (Nota: Más adelante hay spoilers. Muy leves, pero haberlos haylos).

Ayer se incluyó en El país un bonito artículo publicitario de The Blacklist (La lista negra, para los que sabemos idiomas), comparándola con Homeland (Patria) no sé por qué, quizá porque tampoco le traducen el título, pero con la aviesa intención de equiparar la calidad de una a la otra. Y no, oigan, no. Ni siquiera en eso de que tratan “temas que no son ajenos en absoluto a los titulares de los periódicos”.

El episodio piloto se ve con agrado, pero sin pasarse. Raymond "Red" Reddington (James Spader), traidor al FBI y buscado desde hace veinte años, se entrega a cambio de una amnistía y de ayudar a acabar con una lista de supervillanos que el FBI no sabe que existen. Ah, y su contacto con el FBI sólo puede ser una agente profiler novata llamada Elizabeth Keen (Megan Boone). ¿Por qué? ¿Quí lo sa? Esa es la base de la serie. Cada episodio se ocupa de algún malvado de la lista mientras se desvelan o enredan los misterios reinantes que nadie sabía que campaban a sus anchas desde hacía mucho tiempo y Red va siguiendo su plan oculto pasito a pasito. Aunque no sepamos cuál es ni para qué lo tiene.

Buena producción, buena fotografía, dirección competente y un guión profesional, pero poco más basado en ese recurso literario tan útil que es hacer que todo el mundo sea tonto. El FBI es tonto porque no ha sabido capturar a Red en veinte años; es tonto porque no sabe que había supervillanos cometiendo tropelías por el mundo;  es tonto porque tampoco sabe encontrar la conexión entre Hannibal y Clarice, perdón ente Red y Elizabeth, a pesar de que el mismo Red dice que conoció al padre de ella y que era un criminal (cosa que tampoco sabía el FBI pese a haber investigado su pasado a fondo y que luego se olvidará de investigar o mencionar durante el resto de la serie). Elizabeth es tonta porque se cree todo lo que le dice el moñas de su marido a pesar de que es como mínimo muy sospechoso y que se supone que va a trabajar de profiler para el FBI. Los supervillanos son poco super porque meten la pata más que un cojo para así poder ser cogidos antes del final de cada episodio. (Uno de ellos hasta organiza una tremenda operación para tomar un edificio federal, matar a nosécuántos agentes y secuestrar a Red para preguntarle si iba a venderle al FBI. Pues, mira, a ti no. Ah, bueno. Disculpa las molestias; es que no tenía cobertura en el móvil y he tenido que montar todo esto para preguntártelo. Bueno, adiós, ya nos vemos otro día y tomamos unas copas).


Claro que, ante todo esto, tenemos a un James Spader que se come la cámara, se las arregla para dar sustancia hasta a la frase más banal y se nota que disfruta haciendo de malo. Los demás actores son meh. Megan Boone es mona, algo sosita y no molesta, aunque no sabe dar enjundia a un personaje que no la tiene. Igual sucede con los competentes Parminder Nagra (la doctora india de Urgencias) y Harry Lennix (el militar negro de Man of Steel), pese a sus casi quince años de oficio. De los demás, mejor no hablar, por mucho que alguno también salga en Homeland (Si al final en El País tendrán razón y serán igualitas).

Con estos mimbres puede decirse que, en el mejor de los casos, la escritura es funcional y mediana, sin la menor sorpresa argumental ni ambigüedad moral (aunque se pretenda en algún momento) y unos diálogos del montón. Sólo se aguanta porque da gusto oír a James Spader (no le veo sentido a oírlo en castellano, la verdad). Es una de esas series que ves/oyes mientras haces la comida o la limpieza, por aquello de practicar inglés y porque en el otro canal sale Francisco Marhuenda. Y esto porque aún no sabemos cuál es su plan secreto. Me temo que en cuanto nos enteremos de cuál es descubriremos que también Red Reddington es tonto, y la serie se habrá hundido para mí y para todo el mundo. Mientras tanto, ahí la tienen, renovando temporada y funcionando muy bien de audiencia (once millones de espectadores de media) gracias a que todo es muy misterioso y desconocido en su inanidad. Eso sí, no sé qué pasará cuando James Spader salga menos en un episodio o se quede ronco. La audiencia por los suelos. Lo veo.
          

6 comentarios:

  1. ajá... vamos cogiendo velocidad... ¡muy bien!

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  2. Ya veis.
    Un abrazo, Javier. Muy bonito tu carnet butanero, por cierto.

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    1. Gracias!!! A ver si un dia nos tomamosuna caña y nos ponemos al dia.

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  3. Y que nos tengamos que encontrar así, casi 10 años después...

    Un abrazo muy fuerte, suerte con la experiencia, y que te sirva para lo que necesites que te sirva.

    ¡Y a ver si el año que viene nos vemos en Madrid de una vez!

    P.d. El episodio 1x09 (primera parte de 2, previo al preceptivo parón navideño) está escrito y dirigido por Joe Carnahan, y la diferencia es como de la noche al día. Lamentablemente, la conclusión ya estuvo de nuevo en manos más pedestres y particularmente torpes.

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