sábado, 26 de abril de 2014

LA CUENTA ATRÁS, por Carlos Portela y Sergi Sanjulian



El amigo Carlos Portela ha abierto un Verkami para poder terminar su estupenda obra La cuenta atrás. Es decir, terminar la segunda parte de la obra. La primera parte se vendió bastante bien, pero el retraso de esta segunda ha hecho que las editoriales quieran sacarlo en obra completa. Una putada para los que tenemos la primera parte, así que a los autores, que también son lectores y nos comprenden, se les ha ocurrido recurrir al crowfunding.Vayan a este enlace y entérense bien, y contribuyan. Por otro lado, es un tebeo de los que deberían enseñarse en las universidades, y no sólo en Bellas Artes. He tenido el honor de leerlo entero y es de esos tebeos que te emocionan y te dejan satisfecho. Y un poco cabreado, claro.

A continuación les va un resumen del proyecto, la portada del primer libro (también conseguible por el mismo sistema y algunas páginas del segundo en estado de acabado decreciente. Espero que les guste todo y corran a comprarlo. Vale la pena. Puede ser el mejor tebeo que se compren este año.


Hace dos años, ante la costa gallega se hundió un petrolero, provocando una marea negra que arrasó con todo. Los peces se envenenaron, el fondo del mar se volvió inhabitable, los moluscos murieron, las aves quedaron atrapadas en el chapapote o no volvieron... Los pescadores se quedaron sin trabajo, las personas enfermaron, los turistas dejaron de acudir, la situación fue trágica para la industria, los negocios, los hogares... Toda la costa quedó afectada de forma irremediable.

Pero eso fue en el pasado. Ahora el mar se ha recuperado casi por completo y todo vuelve a estar tan bien como antes. 

¿O no?

Los políticos saben cómo es la verdadera situación pero tienen que darla por resuelta, y así se lo van a decir al mundo con una gran campaña publicitaria, para que la opinión pública se entere de una vez. Aunque sea con fotos retocadas, ocultando que aún hay playas contaminadas y pesca sin recuperar, exhibiendo unas ayudas económicas insuficientes que muchos ciudadanos aceptaron sin pensar que eran “pan para hoy y hambre para mañana”, y mostrando como próspero un futuro que es incierto.

Todo esto fue lo que pasó con el hundimiento del Prestige. Fue algo que había pasado antes y que, desgraciadamente, volverá a pasar. 

Pero no vamos a contar específicamente la historia del Prestige¸ sino una historia que puede pasar en cualquier costa, en cualquier pueblo, cuando una marea negra lo invade todo. Una historia que pueda representarlas a todas, porque, en el fondo, todas son iguales. Vamos a mostrar la realidad de esta situación a través de diversos personajes relacionados con el pueblo ficticio de Caldelas, uno de los más perjudicados por esa situación. Y nos centraremos en cómo afectaría eso a los habitantes de ese pueblo (dejaremos los daños ecológicos para otra ocasión). 

Serán personajes de todos los estamentos posibles de la sociedad para contar con ellos una crónica tanto social como política y personal. Serán personajes como Otero, el político encargado de quitarle importancia a lo sucedido y que fue elegido para ocuparse de hacer eso mismo. Como Sonia, la reportera del canal local que empezó a trepar cuando la reportera anterior se negó a manipular la noticia. Como Emilio que se verá forzado a emigrar dejando atrás a su esposa Sara, cuando sólo dos años antes había pedido un crédito para poder dedicarse a la pesca. Como Moncho, el joven que abandona el pueblo asqueado y que pareció encontrar una conciencia cívica luchando contra el chapapote. Como Molina, el periodista de prensa escrita que intenta informar inútilmente de la verdad de lo sucedido. Como Salvador, el director del periódico que se ve forzado a tapar la verdad. Como Luki, que montó un supermercado con la indemnización. Como Ana, la voluntaria desencantada...
Y todo ello estará contado empezando en el presente y retrocediendo en el tiempo mes a mes. Cada capítulo se desarrollará un mes antes que el anterior, en una cuenta atrás que nos llevará hasta los inicios de la marea negra. El suspense no estará en lo que pasará en el futuro sino en lo que sucedió para llegar a esta situación actual en la que se ha “superado” la tragedia... 

Así, conoceremos a los personajes en el presente y, a medida que vayamos retrocediendo en el pasado, iremos descubriendo poco a poco cómo son realmente, lo que se oculta tras su actitud y comportamiento actual. Sabremos qué decisiones tomaron, qué cambios experimentaron sus vidas, para convertirse en lo que son ahora, a veces de forma involuntaria, a veces no tanto... 

No habrá ni buenos ni malos, ni se señalará a ningún responsable, porque en el fondo lo somos todos. Sólo veremos a gente incapaz que actúa de forma más o menos egoísta o desinteresada en una situación tan difícil como terrible, para luego seguir con su vida con la conciencia más o menos culpable por lo que hizo o dejó de hacer.

Será un relato coral de una tragedia cotidiana. Y las tragedias nunca acaban bien.


viernes, 25 de abril de 2014

GHOST MONEY 1: LA DAMA DE DUBAI, por Smolderen y Bertail

Dentro de la multitud de trabajos absurdos que le tocan a uno en esto del mundo de la edición, siempre da gusto que te encarguen traducir un tebeo que es bueno, y más cuando ya lo conoces y aprecias.

Traducir un tebeo, un libro, un subtítulo, supone hacer un análisis más o menos voluntario de dicha obra para intentar descubrir qué pretende decir el autor y transmitir esa intención más allá de la literalidad de las palabras. Es una exploración forense de mecanismos literarios y gráficos, recursos estilísticos voluntarios y tics involuntarios. Y cuando la obra es buena, y entiendo porqué hacen los autores lo que hacen, disfruto enormemente haciendo ese trabajo. (Por eso, cuando me piden alguna reseña de un cómic, suelo hacerlas sobre todo de material que he traducido, porque lo entiendo a la perfección). Lo cual me lleva a uno de los tebeos que más he disfrutado traduciendo en los últimos tiempos, aunque me haya llevado más tiempo de lo normal.

De no mediar alguna sorpresa, está a punto de ver la luz Ghost Money, de Smolderen y Bertail, un tebeo que vale realmente la pena. Tiene un guión milimétrico, donde nada está dejado al azar y que se disfruta repasando para comprender los matices que se te escaparon al principio. Y un grafismo que refleja con la misma soltura las destartaladas calles de Irak como la arquitectura pseudofuturista de Dubai. Su estructura de best-seller literario presenta muchos personajes muy bien definidos, un desarrollo sorpresivo de la trama y una ambientación de futuro cercano (los años 2020s). Es una historia de política ficción con amores no correspondidos, conflictos en Oriente Medio y unos Estados Unidos nuevamente conservadores buscando una salida bélica a su crisis financiera, y todo ello centrado en Chamza, una estudiante de económicas, poseedora de una fortuna de cuantía y origen desconocido, que prescinde de fronteras y que está enamorada de un poeta que los Estados Unidos consideran un terrorista en potencia. 

Thierry Smolderen es un excelente crítico y estudioso del cómic, que sabe escribir tanto guiones de autor (McCay, con Bramanti) como de consumo (Gipsy, con Marini), y aquí se lanza a realizar un thriller político que combina ambas vertientes suyas, además de un exquisito planteamiento secuencial y narrativo que delata a quien ha estudiado mucho el medio. Por su lado, el dibujante Bertail realiza un trabajo muy interesante potenciando la espectacularidad de paisajes y entornos, pero sin perder el cuidado por el detalle y los personajes en viñetas de tamaño sorprendentemente reducido para dejar más espacio a esos paisajes que, además, van a sangre.

El resultado es una obra pensada para una edición en álbum de formato grande (aquí no hay reducción de tamaño que valga, si no quieres cargártelo), y cuyo principal y único defecto es que al finalizarlo te quedas con ganas de seguir leyendo. E igual sucede con los álbumes posteriores, que van complicando más y más una historia cuyo final está anunciado en Francia para finales de este año.


(En Ninth Ediciones me aseguran que la edición española será incluso un pelín más grande que la original francesa, y que está previsto editar las entregas con bastante celeridad, publicando en menos de un año lo que los compradores de la edición francesa hemos ido leyendo y releyendo a lo largo de seis años. Cabrones con suerte).

jueves, 24 de abril de 2014

The Worricker Trilogy

Hace tres años vi Page Eight (Página ocho) dividido entre la maravilla y el pasmo (y algo de agobio porque llegaba tarde a la comida de navidad en familia, pero esa es otra historia). La descubrí por casualidad, como pasa siempre en la red, mientras miraba yo que sé qué otra cosa. Me desconcertó la existencia de una película desconocida para mí en la que aparecieran Bill Nighy y Rachel Weisz, donde también salían Michael Gambon y Alice Krige y Judy Davis y Ralph Fiennes y otra gente menos conocida pero de talento sobradamente probado. Resultó que si no conocía la película era por ser de televisión. De la BBC, para más señas. Por tanto, pertenece a ese limbo donde se pierden las miles de películas televisivas que se hacen y que sólo se descubren cuando salen a traición en DVD o te las pone Antena 3 los fines de semana de tres en tres (¿quién podía imaginar que hubiera tantas películas alemanas espantosas en la televisión idem? Yo, por mi parte, era más feliz antes de saberlo o encontrármelas durante la merienda).


Al ver Page Eight, me pasmó que pudiera haber una película de espías donde la gente hablase, no se peleara ni se disparara y se escapara andando deprisa, no corriendo. Me maravilló que se pudiera dialogar tan bien, de forma teatral, falseando la naturalidad, pero TAN bien. Así deberían ser todos los diálogos de las películas y las novelas y los tebeos del mundo: ingeniosos, divertidos, inesperados, huyendo de lugares comunes, comunicando al espectador información que los personajes saben al tiempo que estos se enteran de cosas nuevas, sin horrendas frases informativas tipo “tú, como carpintero, ya sabrás que el martillo se coge por el mango”. Y todos los actores deberían ser como Bill Nighy, o como Michael Gambon, o como cualquier otro de esta película, que dicen las frases como si se les acabaran de ocurrir.

La trama es complicada, y no vamos a adelantarla aquí, pero la historia es relativamente simple: Johnny Worricker (Bill Nighy) es un espía, un analista de información que trabaja en horario de oficina, que se ve arrastrado por su superior y amigo a defender su oficio y su “empresa” hasta las últimas consecuencias. De paso se habla de la lucha por el poder, la manipulación y ocultamiento de la información, la guerra contra el terror, y de que no es lo mismo saber que confirmar. Cosas poco actuales, vamos. Y todo ello contado de forma sutil, discreta, solapada. Nada se explicita sino que se insinúa, y al espectador le corresponde deducir y entenderlo por su cuenta, por ejemplo comprender a la hora de metraje a qué venía el exabrupto del minuto quince, ya que se le considera inteligente y capaz. Un detalle que se muestre tanto respeto hacia nuestra persona.

Es una película enormemente estilizada, no realista, y puede a que a muchos les parezca inverosímil, o que no pasa nada, o que es una chorrada. Para gustos están los colores, y a mí me gustan los de esta película. Afortunadamente, no soy el único, ya que tuvo tanto éxito que la BBC encargó a su director y guionista David Hare que la continuara. Y este decidió hacer dos películas y formar una trilogía bastante coherente para empezar con una película que no esperaba ser continuada. 

La BBC emitió el resultado hace menos de un mes, y está compuesto por Turks and Caicos (Turcas y Caicos, por las islas del mismo nombre) y Salting the Battlefield (Sazonando el campo de batalla), donde además de los actores citados aparecen gente desconocida como Christopher Walken, Winona Ryder, Rupert Graves y Helena Bonham Carter. Dediqué un día de estos últimos meses agobiantes (en que apenas he podido terminar alguna entrada para este blog) a relajarme y disfrutar un poco. Y las continuaciones no desmerecen nada de la película original, y disculpen que no diga nada más de ellas porque sería revelar spoilers de la primera película. Lo importante es que el resultado sigue siendo una abrumadora exhibición de ingenio y talento. Diversión inteligente en grado puro. Recomiendo encarecidamente las tres.



(A pesar de que el Imdb ofrece un título en castellano para la primera película -Entre líneas-, no hay versión española que yo sepa. Igual algún día nos la emite Antena 3 entre una película canadiense sobre adolescentes que caen en el submundo del alcoholismo y un plagio alemán de La jungla de cristal. Mientras tanto, se pueden buscar las tres películas en la red o comprarlas aquí, en Amazon, como siempre, o ambas cosas. Con subtítulos sólo en inglés, claro. Para la primera película se encuentran por internet subtítulos en castellano, aunque la sutileza de los diálogos es mala compañera para el traductor aficionado, y hay cada uno que... Aquí recomendamos los de Argenteam, que, como es habitual en esa página, son bastante decentes y no suelen tener errores flagrantes. Para las otras dos películas, pues... sólo en inglés; habrá que esperar a que algún alma caritativa ponga manos a la obra.)