martes, 17 de diciembre de 2013

Una página de Jaime Hernández (The Love Blunders)

Jaime Hernández y su hermano Beto aparecieron en los ochenta con su Love & Rockets y no han dejado de evolucionar desde entonces. Al principio, Jaime parecía un narrador intrascendente de simpáticas historias científico fantásticas, mientras Beto se centraba en narraciones más o menos cotidianas, con un maravilloso toque de realismo mágico y ambientadas en el pueblo ficticio de Palomar.

Con los años, Beto alcanzó una madurez apabullante y luego desbarró un poco arrastrando a sus personajes de Palomar por el camino del culebrón más desaforado con toques de best-seller a lo Harold Robbins, perdiendo algo de interés para mí, aunque lo haya recuperado recientemente. Jaime, por su parte, fue alejándose de las aventuras fantásticas para contar la crónica casi cotidiana de la vida de Maggie y Hopey, sus dos protagonistas de siempre. Sus relaciones familiares, sus aventuras, sus amores y la vida de sus amigos y amigas han dado pie a una crónica progresivamente realista y melancólica, pero con mucho humor, donde el tiempo y la forma en que envejecen sus personajes es el perfecto contrapunto a algunos de los elementos fantásticos que a veces emergen en sus páginas. Pero nada más realista que la relación sentimental entre Maggie y Ray D; ha sido larga, accidentada y compleja. Han sido conocidos, amigos, amantes, distantes, desconocidos...

Posiblemente sea Jaime Hernández uno de los autores cuya forma de trabajar más me fascina. Sus historias son laberínticas pero cotidianas, sus personajes complejos y con agujeros en su vida que igual nunca rellenaremos, su narración tan marcada por el punto de vista del narrador que cuando aparecen elementos fantásticos pueden ser achacables a la esquizofrenia o la paranoia de dicho narrador. De hecho ese punto de vista condiciona hasta la planificación y el número de viñetas de sus páginas. Lo cual nos lleva a las siguientes dos páginas. Dos páginas que en realidad son una sola, apaisada, pues por separado carecen de sentido.


La historia de Maggie y Ray se ha acabado de forma demoledora, y antes de pasar a un epílogo que nos reconcilie con la vida, Jaime hace estas dos páginas, estas dieciocho viñetas, este plano contraplano que resume su relación, su vida. Maggie y Ray mirándose a lo largo de los años, tal y como se vieron en cada momento, tal y como los recuerda el lector que viene leyéndolos desde hace treinta años, con viñetas que rememoran a la perfección cada instante de lectura, los dos envejeciendo en cada viñeta, envejeciendo con el autor y el lector. Es el cierre a una vida de desencuentros, un punto final...

Pero no lo es. Es un punto y aparte. Porque la vida sigue, y si sigue para nosotros, sigue para el autor y seguirá para Maggie y Ray aunque no sepamos cómo o cuándo lo veremos. Mientras tanto, nos queda el pasado, congelado en el presente; congelado y resumido en dos páginas que son una, en dieciocho viñetas llenas de vida.

Esta(s) (dos) página(s) pertenece(n) a la historieta The Love Bunglers aparecida en los nos. 3 y 4 de Love and Rockets New Stories, pendiente de recopilación en libro e inédita en España, aunque supongo que ambas cosas no por mucho tiempo.

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