Me escribe mi hermano:
"Me gusta tu blog. Es personal, intransigente, opaco... perooo ¿dónde coño está la dirección?".
El
pasado miércoles por la noche (creo que fue el miércoles) envié a
algunos amigos la notificación de que este blog existe (entre ellos a mi
hermano, porque además de hermano es amigo, mire por dónde). La línea
se cortó, y dejé el mensaje en “Borrador”, sin sospechar que se había
enviado. Sigo sin hacerme con el nuevo interfaz de Gmail y el correo
había salido sin la dirección del blog.
Al
día siguiente recibí el comentario de mi hermano, junto al de algún
otro, y rectifiqué el error, tras darme un par de tortas por manazas.
Todo
esto viene a cuento de un par de cosas. La primera, que todo lo hago
con prueba y error, pero todo, aunque sólo sea porque tengo la cabeza en
más sitios de los debidos. La segunda, que está previsto que este blog
se actualice casi diariamente, y que no lo hace desde el miércoles.
La
primera explica que el aspecto del blog vaya sufriendo cambios sutiles
desde el principio, y no sólo en las comas que aparecen o desaparecen de
algunos textos, o en el reformateado de algunas entradas. Para mí,
utilizar un electrodoméstico nuevo o empezar a trabajar con un programa
informático es como aprender un idioma, descubrir otro mundo, y soy un
maniático de que las cosas queden como yo quiero, y no como quiere otro
(el programador, en este caso). Acabo dominándolo y llegando a un
acuerdo entre el programa y mis intereses, pero sólo tras mucha prueba y
error. Así que no se extrañen si un día el blog es de color verde y con
los textos recuadrados, aunque sólo sea por un par de horas.
La
segunda deriva un poco de la primera. Un amigo me ha corregido algunos
errores de puntuación. Otro me ha preguntado quién era Sento.
Esto ha hecho que me replantee el método con que redacto las entradas.
Errores de puntuación aparte, me gusta ser entendido por todo el mundo, y
más por gente que sabe poco de tebeos, o de cine, o de lo que sea, así
que habrá una ligera variante en la redacción de futuras entregas. He
estado a punto de corregir las anteriores todavía más, pero todo tiene
un límite y hay que frenar en algún momento. Hace tiempo que no escribo y
se me ha olvidado usar las cinco preguntas básicas del periodismo (qué,
cómo, dónde, cuándo, por qué), asumiendo que escribía para gente que
sabe tanto como yo sobre algunas cuestiones. Como Sento,
por ejemplo. De ahí que haya añadido ahora un enlace a su página web en
su nombre. Y no todos los lectores tienen porqué saber según qué cosas.
Los
días de ausencia del blog se han debido también a que son fechas muy
malas y he andado de un sitio a otro, intentando cumplir con diversos
compromisos. Espero que las cosas vuelvan a su debido cauce a partir de
esta entrega. Lo cual me recuerda que debería buscarme un tema gráfico
para cuando no tenga nada con qué ilustrarlo. Algo parecido a la
ilustración adjunta (que creo que es de John Gannam).
Ah, consideren esta entrada como una de transición. Esta noche habrá otra. A ver si consigo colocar cinco o seis semanales.
que digo que tengas cuidado, no sea que hagas de esto una obligación... y acabes odiándolo
ResponderEliminarTranquilo. Es más bien una terapia.
ResponderEliminarya, sí... en eso estamos todos, un poco
ResponderEliminarMuy interesante tu blog, Lorenzo, te añado en mis favoritos.
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