sábado, 12 de julio de 2014

El hombre de tu vida (Telefé), 2011-2012

La televisión norteamericana domina la red y los medios. De vez en cuando, alguien se acuerda de las producciones británicas, pero sólo de los pelotazos tipo Broadchurch o Sherlock, o de productos equivocadamente calificados de frikis como Doctor Who. Últimamente, gracias a títulos como Bron/Broen (El puente) o Forbrydessen (en castellano The Killing, vete a saber porqué), la gente se va acordando de que el norte también existe. A veces se habla de series francesas como Maison Closé o Braquo, o la reciente y aplaudida Les revenants, pero poco más. Está de moda hablar de la italiana Gomorra, por aquello de la película y de que el autor del libro tiene la cabeza puesta a precio, y que siempre mola hablar de una serie seria, aunque no la hayas visto. En el resto del mundo no hay televisión, o eso parece. Pero, miren por dónde, sí que hay. Por ejemplo, en Argentina.

Argentina es un ejemplo de cómo suplir la escasez de medios con talento e ingenio. Algunos de sus productos, como las brillantes Los simuladores y Hermanos y detectives, ambas del gran Damian Szifron, son un claro ejemplo de ello, y sólo se han visto por aquí en forma de remake descafeinado. (Busquen el original, no se arrepentirán). Pero encontrar material argentino en la red es complicado, y lo de conseguir material en DVD da auténtico sentido a la palabra ignoto. Menos mal que, buscando, buscando, en la red puede encontrarse alguna que otra joya. Muchas veces por pura casualidad.


El hombre de tu vida es una de esas joyas que no parece conocer nadie. Producida por Juan José Campanella, que además la escribe con Marcela Guerty y un equipo de guionistas, se centra en Hugo Bermúdez (Guillermo Francella), un buen tipo que ha criado solo a su hijo adolescente y que acaba de quedarse en paro. Su prima Gloria (Mercedes Morán), que lleva una agencia matrimonial bastante irregular, le ofrece un trabajo de pretendiente. Es decir, le organizará una cita con mujeres a las que deberá enamorar y luego desencantar. Así la agencia tendrá movimiento, él un trabajo y las mujeres con las que se cite una inyección de autoestima que les vendrá muy bien (son ellas las que romperán con él, al descubrir que su príncipe azul les ha salido rana). Hugo acepta muy a pesar suyo, cuestionándose la ética de la situación, pero movido por la falta de dinero. En cada episodio veremos a una mujer distinta, al tiempo que vemos crecer al hijo de Hugo, conocemos la nefasta relación sentimental de Gloria y sonreímos al ver la evolución de la posible relación sentimental de Hugo con Silvina (Malena Pichot), una profesora de su hijo. Como elemento añadido tenemos al padre Francisco (Luis Brandoni), un cura muy peculiar que sirve de frontón espiritual (y nada moralista, ojo) a Hugo.

Un desfile de actrices maravillosas, desde estupendas debutantes como Maricel Cruz a memorables veteranas como Graciela Borges, remata una serie en estado de gloria, bien escrita, dirigida e interpretada y donde se consigue hasta el milagro literario de que un adolescente (y argentino) parezca una persona normal, simpático y creíble (algo prodigioso en este país donde cuesta ver una producción española que tenga un adolescente al que no echarías a patadas de tu casa). Es puro disfrute, cuyo único punto negro es un final algo insatisfactorio al no rematarse ninguna trama y dejar la historia abierta para una tercera temporada que no llegó por motivos a los que no tengo acceso.

Se la he prestado a varios amigos y todos han quedado encantados, pese a la reticencia inicial de que esté “hablada en argentino”. Y si menciono ahora esta serie de dos temporadas (24 episodios) de 2011 es por haberla descubierto en youtube (pinchando en el enlace), y me niego a que mis allegados y yo parezcamos ser los únicos en disfrutarla. Así que, ahí la tienen. Que los pocos que aún me siguen tras estos meses de ausencia prueben a ver. Bueno, los demás también. Me lo agradecerán. 

(Por cierto, en youtube pueden encontrarse bastantes series argentinas de interés, como las citadas anteriormente y otras como Todos contra Juan y Okupas), por citar alguna más.)

2 comentarios:

  1. Sí me gusto doy fe, y eso que era de los reticentes.

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  2. Reticente Dos al aparato: en casa también gustó, y mucho.

    Además, descubrí un poco más tarde a una muchacha italiana que lleva un tiempo aquí que la veía en youtube y también la disfrutaba. Además, le servía para estudiar variantes del castellano, que es una cosa que le interesa mucho. Pero esa es otra historia...

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