miércoles, 16 de julio de 2014

Semana Negra 2014

Volví la semana pasada a la Semana Negra tras una ausencia de cinco años. Volví a un emplazamiento nuevo, que no conocía pero que es el de siempre. Porque la Semana Negra son las carpas de conferencias, y de librerías y de exposiciones, es la capacidad multitarea de Ángel de la Calle, y es la serenidad de Paraja y la sonrisa de Marta y la música de Susana. Y es María y Lourdes y Roberto hasta las tantas.

Es, sobre todo, Paco Ignacio Taibo II, que ya no dirige la Semana Negra (concentrado como está en su papel de vicepresidente del Morena) pero que sigue estando muy presente, aunque nunca sepas si va al principio, al final o en medio de la semana, cuando no asiste a toda ella. Y al que este año no he podido pillar, teniendo que conformarme con su espíritu que lo sigue impregnando todo, y con su libro de Asturias. Octubre 1934. (Y con su abundante presencia en Youtube.)

Y es el periódico A Quemarropa que sale todos los días y que es gratuito. Y es los dos o tres libros que se regalan cada año, acompañando o no a las exposiciones que también son la Semana Negra. Este año la exposición de cómic era de José Muñoz, con una selección muy peculiar e interesante del propio Muñoz, e iba acompañada de un libro-catálogo de Norman Fernández en el que tengo un texto.

Y es las charlas y conferencias que tienen lugar a lo largo de los diez días que suelen componer la Semana Negra (esta gente no puede evitar que sus semanas sean más largas de lo habitual; son así de grandes). Y en los cuatro días que he estado he podido ver una abarrotada de Maruja Torres, y otra nutrida con Pérez de Andújar (al que no pude saludar), y dos muy instructivas con Albert Monteys y una supersimpática con Juan Giménez, y una conmovedora con las mujeres del carbón. Además de participar en una charla sobre novela gráfica y en un homenaje a José Muñoz.

Y es cenar con una norteamericana desconocida y descubrir que se llama Rebecca Pawel y que seis años antes viste la presentación de su primer libro, y recordar que te lo compraste y que te gustó. Y conocer en la misma mesa a Paula y a Martin. También es ver a Germán, Rafa y José Manuel; a Miguel y Alejandro; a Jorge Iván y Rocío; Carmen y Pedro. Hablar de tebeos con Matt Maden y con Jessica Abel. Saludar a Angel, Maribel y Laura. No poder ver a Javi Riva. Ver apenas a Cristina Macía. Comer con Norman Fernandez y con Pepe Galvez. Etc, etc, etc.

Y es también los bares y los chiringuitos y las colas para comer pulpo y la feria con su noria y sus otras atracciones que ayudan a financiar todo ese espectáculo de cultura gratuita que es la Semana Negra.

Pero, para mí, es sobre todo Ángel de la Calle, al que conozco desde antes de que empezara esta aventura, al que no he visto lo suficiente en este viaje, y que ha tenido el detalle de dejarme leer las 230 páginas de su próxima novela gráfica. Sólo le faltan 40 para acabar. Así que estará a la venta en navidades del 2015. Es tan brillante o más que su obra anterior sobre Tina Modotti.

(Los que sigan sin enterarse de lo que va esto, que vayan a su página web y se descarguen los pdf del A Quemarropa.Mentalícense y acudan el año que viene.)

2 comentarios:

  1. Que envidia, que bien te lo has pasado, me alegro.

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  2. Vaya. Pues no tienes más que volver, para darnos a los calamares, el buen charlar y pinceladas de sonrisas. Se te echa de menos, abrazos.

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