El amigo Carlos Portela ha abierto un Verkami para poder terminar su estupenda obra
La cuenta atrás. Es decir, terminar la segunda parte de la obra. La primera parte se vendió bastante bien, pero el retraso de esta segunda ha hecho que las editoriales quieran sacarlo en obra completa. Una putada para los que tenemos la primera parte, así que a los autores, que también son lectores y nos comprenden, se les ha ocurrido recurrir al
crowfunding.Vayan a
este enlace y entérense bien, y contribuyan. Por otro lado, es un tebeo de los que deberían enseñarse en las universidades, y no sólo en Bellas Artes. He tenido el honor de leerlo entero y es de esos tebeos que te emocionan y te dejan satisfecho. Y un poco cabreado, claro.
A continuación les va un resumen del proyecto, la portada del primer libro (también conseguible por el mismo sistema y algunas páginas del segundo en estado de acabado decreciente. Espero que les guste todo y corran a comprarlo. Vale la pena. Puede ser el mejor tebeo que se compren este año.
Hace dos años, ante la costa gallega se hundió un petrolero, provocando una marea negra que arrasó con todo. Los peces se envenenaron, el fondo del mar se volvió inhabitable, los moluscos murieron, las aves quedaron atrapadas en el chapapote o no volvieron... Los pescadores se quedaron sin trabajo, las personas enfermaron, los turistas dejaron de acudir, la situación fue trágica para la industria, los negocios, los hogares... Toda la costa quedó afectada de forma irremediable.
Pero eso fue en el pasado. Ahora el mar se ha recuperado casi por completo y todo vuelve a estar tan bien como antes.
¿O no?
Los políticos saben cómo es la verdadera situación pero tienen que darla por resuelta, y así se lo van a decir al mundo con una gran campaña publicitaria, para que la opinión pública se entere de una vez. Aunque sea con fotos retocadas, ocultando que aún hay playas contaminadas y pesca sin recuperar, exhibiendo unas ayudas económicas insuficientes que muchos ciudadanos aceptaron sin pensar que eran “pan para hoy y hambre para mañana”, y mostrando como próspero un futuro que es incierto.
Todo esto fue lo que pasó con el hundimiento del Prestige. Fue algo que había pasado antes y que, desgraciadamente, volverá a pasar.
Pero no vamos a contar específicamente la historia del Prestige¸ sino una historia que puede pasar en cualquier costa, en cualquier pueblo, cuando una marea negra lo invade todo. Una historia que pueda representarlas a todas, porque, en el fondo, todas son iguales. Vamos a mostrar la realidad de esta situación a través de diversos personajes relacionados con el pueblo ficticio de Caldelas, uno de los más perjudicados por esa situación. Y nos centraremos en cómo afectaría eso a los habitantes de ese pueblo (dejaremos los daños ecológicos para otra ocasión).
Serán personajes de todos los estamentos posibles de la sociedad para contar con ellos una crónica tanto social como política y personal. Serán personajes como Otero, el político encargado de quitarle importancia a lo sucedido y que fue elegido para ocuparse de hacer eso mismo. Como Sonia, la reportera del canal local que empezó a trepar cuando la reportera anterior se negó a manipular la noticia. Como Emilio que se verá forzado a emigrar dejando atrás a su esposa Sara, cuando sólo dos años antes había pedido un crédito para poder dedicarse a la pesca. Como Moncho, el joven que abandona el pueblo asqueado y que pareció encontrar una conciencia cívica luchando contra el chapapote. Como Molina, el periodista de prensa escrita que intenta informar inútilmente de la verdad de lo sucedido. Como Salvador, el director del periódico que se ve forzado a tapar la verdad. Como Luki, que montó un supermercado con la indemnización. Como Ana, la voluntaria desencantada...
Y todo ello estará contado empezando en el presente y retrocediendo en el tiempo mes a mes. Cada capítulo se desarrollará un mes antes que el anterior, en una cuenta atrás que nos llevará hasta los inicios de la marea negra. El suspense no estará en lo que pasará en el futuro sino en lo que sucedió para llegar a esta situación actual en la que se ha “superado” la tragedia...
Así, conoceremos a los personajes en el presente y, a medida que vayamos retrocediendo en el pasado, iremos descubriendo poco a poco cómo son realmente, lo que se oculta tras su actitud y comportamiento actual. Sabremos qué decisiones tomaron, qué cambios experimentaron sus vidas, para convertirse en lo que son ahora, a veces de forma involuntaria, a veces no tanto...
No habrá ni buenos ni malos, ni se señalará a ningún responsable, porque en el fondo lo somos todos. Sólo veremos a gente incapaz que actúa de forma más o menos egoísta o desinteresada en una situación tan difícil como terrible, para luego seguir con su vida con la conciencia más o menos culpable por lo que hizo o dejó de hacer.
Será un relato coral de una tragedia cotidiana. Y las tragedias nunca acaban bien.